09 diciembre 2016

Este Jueves, Relato: Perdidos

Esta semana nos convoca nuestra amiga Charo a que hablemos de Perdidos. Ahí va mi participación


Yo nada más que salí a dar un paseo. Pensé que me vendría bien un poco de aire fresco en la cara. Así que, cuando llegaste por la tarde cargada con bolsas de El Corte Inglés, te di un beso en la mejilla, te dije que el nene estaba arriba en su habitación haciendo los deberes y salí. No me llevé llaves porque no pensaba volver muy tarde. Cogí el pequeño tarjetero con algunas monedas por si me apetecía comprar tabaco y echar un pitillo.

Sin darme cuenta había llegado hasta la estación de autobuses que, como sabes, está a las afueras. Estaba sentado en un banco junto al andén 6 cuando llegó el autobús que va para Madrid. Bajaron dos viejos y subieron unos cuantos jóvenes, supongo que estudiantes hacia la capital. Decidí cogerlo.

En la estación de Méndez Álvaro decidí que cogería el autobús que llegara al andén 14. Me bajé en un pueblo perdido de la provincia de León, no recuerdo su nombre. Anduve unos días por la provincia. Y cogí, creo, dos o tres autobuses más. Veía pasar los carteles verdes de cambio de provincia casi con la ilusión de un niño pirata aventurero. A veces me acordaba del fru-fru de las bolsas con las que entraste aquella tarde en casa y un leve cosquilleo en los labios me recordaba aquel beso fugaz y casi embustero que nos dimos en la mejilla.

De eso hace ya tres años. Y sigo sentándome en los andenes a elegir un número y esperar el autobús que salga. A tomar un café a toda prisa para no perder el coche. A mirar las caras de la gente cuando ya estoy en mi asiento. Gentes pobres como yo, como lo éramos nosotros.


Creo que con cada autobús que cojo dejo atrás un poco de tristeza y desidia, como jirones de niebla gris y húmeda. También he dejado de fumar. Dejó de gustarme ese sabor agrio y seco de los Lucky Strike. No sé, ¿qué más?

28 octubre 2016

Este Jueves Relato: Atraviesa la puerta y empieza tu historia

Llevo mucho tiempo sin participar y no sé si podré comentar a todos...lo intentaré...pero siempre me gusta participar de las primeras convocatorias de los compañeros, así que ahí va mi participación. Gracias. Más puertas en lo de Pedro Pablo


Todo cambió aquella mañana que el abuelo se dejó las llaves dentro de casa y se le cerró la puerta por una ráfaga de viento. Y eso que la puerta pesaba lo suyo con su madera vieja y sus clavos. Tendría cien o doscientos años. Como los que puede tener el abuelo ahora.

Entonces tenía por costumbre salir a leer el periódico al calorcito del sol en la puerta. Y a ver pasar a la gente que iba para el mercado o para el centro del pueblo. Nunca se salía con las llaves. Tampoco aquella mañana, porque la abuela solía estar dentro en la cocina. Llamó pero hacía tiempo que no había nadie para abrirle la puerta. Dentro el silencio solo era roto de vez en cuando por el timbrazo del teléfono.

Al principio se preocupó e intentó buscar alguna solución al tema. Al principio, algún vecino le preguntaba e intentaba ayudar, pero por poco tiempo. Con el paso de las horas y los días, el abuelo se sentó a esperar, quizá otra ráfaga de viento pudiera abrir la puerta o los chicos pasaran a echarle un ojo al ver que no contestaba al teléfono. Pero nada. Seguía esperando pacientemente (el abuelo siempre ha tenido una paciencia infinita, incluso cuando lo de la abuela).

Hasta que un día se le ocurrió si no sería capaz de entrar otra vez en la casa por las bravas. Se levantó de su silla baja de anea, la apartó. Cogió toda la carrerilla de que era capaz con tanta edad y le dio un empujón enorme a la puerta. Esta no se movió ni un milímetro. Pero él se encontró dentro, en el recibidor de la casa. ¡Toma! Y sin las llaves. Todo podría volver a ser como antes. Volvería a encontrar a su Sole en la cocina haciendo sus cosas y, él volvería a retomar sus viejas costumbres. Aunque lento, ahora podría entrar y salir de casa a tomar el sol sin tener que preocuparse por las llaves. 

01 septiembre 2016

Libros, letras...amigos

Al final un nacimiento siempre es una buena noticia y más para el autor. Pues bien, este es el caso. Gracias a Yagruma Ediciones ya está en la calle mi primer libro de relatos "Yo maté a Niño Funky y otros relatos".
Una maravillosa experiencia o como también he oído por ahí, una maravillosa vorágine. Atrás quedan correcciones, pruebas y todos los ajustes precisos para que todo quedase como finalmente ha sido. Un maravilloso resultado que espero que se lea, que guste y se critique...un libro de batalla para casi todos los públicos. Gracias.

Os dejo el enlace a Amazon por si alguien está interesado en su adquisición.

Gracias de nuevo, a todos los que han hecho esto posible

01 julio 2016

Este Jueves Relato: Reencuentros o Desencuentros

Esta semana nos invita Juan Carlos a contar encuentros, desencuentros o reencuentros...pues ahí va el mío.

Apenas dos minutos después de haber bajado del tren, vio el convoy alejarse. ¡Qué vieja que estás! La estación de El Carmen llevaba casi un siglo sin ser remodelada y las maderas de los tejadillos ya necesitaban una mano de pintura. Algo parecido ocurría con los hierros modernistas que sostenían toda la estructura. El verde de antaño se había perdido. Solo el reloj lo mantenía intacto. Era lo único que parecía nuevo en todo el conjunto.

¡Tú tampoco eres ya un jovenzuelo! Tenía a su lado un pequeño trolley rojo en el que ahora caben todas sus pertenencias. Estaba encorvado y goterones de sudor comenzaban a caerle por todos lados. La tarde tenía ese color amarillo barro que tienen las tardes por aquí en verano. Se sentó en un banco a esperar. Miró los viejos edificios de oficinas y las antiguas casas de los ferroviarios ahora abandonados. Un poco más allá, los nuevos de ladrillo naranja que comenzaban a oscurecerse por los humos. Pensó en su barrio del centro, en las calles estrechas y los pisos amplios en los que ahora en verano uno casi podía colarse en los salones y salitas de estar de los vecinos. Aunque quizás ahora con los aires acondicionados…Se miró los pies hinchados y volvió a mirar pequeños desconchones en la pintura del techo.

No sé. Puede que no estés aún arreglada para que te vea. Prefiero verte como te recordaba. Ya lo sé, yo tampoco estoy como antes, por eso no tenía espejos en casa, para no mirarme.

No había llegado aún su hijo para recogerlo, cuando apareció por el final de las vías el Talgo con destino a Barcelona. Compró un billete y se subió. Con el fresquito del aire acondicionado y los primeros traqueteos, se quedó dormido.


Fuera, la ciudad vieja ardía. Y las palmeras y limoneros comenzaban a difuminarse con la velocidad. 

23 junio 2016

Este Jueves, Relato: Miedos infantiles

Nos invita nuestra anfitriona Charo a que relatemos miedos infantiles...aunque corta, ahí va mi aportación...

A mamá no le voy a contar nada. El otro día me preguntó y cuando se lo conté no me creyó. Estamos solos en casa, no hay nadie más. Pero el señor que anda, existe. Todas las noches lo veo. Viene y se sienta en el sillón blanco. A veces me habla. Otras no, se queda ahí mirando todo el rato con su sombrero y su traje negro. Yo cierro fuerte los ojos. Pero cuando los abro, muchas veces aún está ahí, y se ríe. Me dice que me vaya con él, que me quiere llevar al cielo. Por eso yo, todas las noches, después de rezar el padre nuestro y el ave maría, cierro la ventana. Si está cerrada no me podrá llevar. El señor que anda no es bueno y, cuando se queda mucho rato y me dice que venga que nos vayamos, llamo a mamá para que ella también lo vea y porque yo no me quiero ir… 

17 junio 2016

Este Jueves, Relato: Haz tu campaña

Como estamos en tiempos electorales, Brisa de Venus, nos invita a hacer campaña...bueno, yo no he hecho campaña, o sí...juzguen ustedes.

Ayer a la una de la madrugada aún estaba vivo porque me mandó un wasap: “Ahora a descansar, a reflexionar que el domingo vamos a ganar seguro. Gracias por tu implicación”.

Nos habíamos tomado unas cañas y unos pinchos después del mitin de cierre de campaña y le acompañé hasta el coche.

Hombre, desanimado no. Estaba un poco preocupado porque después de todas las dificultades internas y externas, las encuestas no daban. No conseguía que la gente le entendiera, ni terminaba de atraer a nuevos votantes. Tampoco nosotros hicimos bien nuestro trabajo por lo que se ve. Era un candidato atractivo, con buenas ideas, moderado, centrado, pero no lograba conectar con la gente. No logramos que convenciese a la base del votante medio. En las reuniones y tormentas de ideas que hacíamos, todo iba genial, todo era calculado hasta el más mínimo detalle y las ideas, yo creo que eran las mejores. Luego, dichas fuera, sonaban extrañas, pastosas, densas y, ninguna acción de contención (como las llamamos) podía minimizar eso. Con todo, los mítines no iban mal. Pero los paseos por la calle, las improvisaciones, eran una sangría de votos. Habíamos logrado encauzar las ideas fuerza y evitar bandazos ideológicos. Quizá evitaríamos un importante trasvase de votos.

Yo siempre he considerado que tenía la cabeza muy bien amueblada. Pero se ve que le pudo la presión o la preocupación. Aunque jamás pensé que fuera a acabar así, de una manera tan drástica. Menos mal que no estaba su familia en casa. Por eso de verlo todo en directo, como es la vida ahora, un tuit.

Sí, sí. El entierro es mañana. El partido emitirá un comunicado a medio día y por la tarde, el comité federal elegirá a la sustituta. Con toda seguridad será la número dos por Madrid.

En el comunicado dirá que el mejor homenaje que se le puede hacer es ir a votar el domingo. Como dijo Franco en el discurso de Navidad del setenta y tres, no hay mal que por bien no venga.


Ahora sí que creo que podemos ganar estas elecciones. 

18 marzo 2016

Este Jueves Relato: Slogan: Brown Sugar

Este jueves nos invita Cas  en su recuncho a hablar, escribir y dar vida a las fotos que forman parte de la convocatoria. Llevo tiempo sin escribir y no podía dejar de estar...Gracias. Ahí va lo mío...

Le eché una última mirada antes de torcer a la izquierda y verlo por última vez para siempre. Era lógico. Él se quedaría allí casi tan petrificado como la flor que adornaba las columnas del edificio en el que pedía limosna en la puerta. Yo esa misma tarde, cogería un tren que me llevaría al medio oeste en busca de más fortuna de la que había encontrado en la ciudad del viento. Y es que las ciudades con viento siempre están malditas.

Al pasar a su lado llamó mi atención alabando los zapatos italianos que llevaba. Me hizo gracia y me giré. Rebusqué en el bolsillo y encontré un billete de cinco. Pero te lo has de ganar, le dije. La palabra ganar le sonó rara, hacía mucho tiempo que no ganaba a nada. Cuéntame algo, le insistí. Se puso a pensar. Y me habló de Tammy, aunque él la llamaba Brown Sugar, como la canción de los Rollings. Tammy era una negra exuberante, de grandes ojos, piernas interminables y una amplísima cadera que le gustaba coger cuando, al ritmo de esa canción, cabalgaba sobre él. Trabajaba de azafata para la Panam. Por suerte, nada más que hacía viajes interiores pero eso implicaba también pasar semanas fuera, aunque luego los reencuentros eran grandiosos. Él pasaba el tiempo con algún trabajo de mierda y siempre temporal.

Con Tammy empezó todo y, cuando se fue, terminó todo. Negro y soñador, ¿pero en qué coño estaba pensando? En nada, probablemente en nada, tenía muchos proyectos que no habían salido. Punto. Lo importante es luchar por tus sueños, ¿no? Así podrás aspirar a más. Aquella tarde, Brown Sugar le dejó muy claro que aspiraba a más. Después de ese polvazo, se vistió. Recogió su bolso. Se retocó un poco el rimmel y el brillo de los labios y salió del apartamento con un portazo. Sonaban los Rollings y él se quedó sentado en la cama tal y como ahora lo estaba en la calle. Todos evolucionamos, muchacho, me dijo.

Te los has ganado, saqué diez dólares e, incrédulo como todos, seguí mi camino.  

21 febrero 2016

Este Jueves, relato: Cierre de convocatoria

Ya se han marchado los invitados y queda la mesa con algunos vasos y platos de plástico. El trozo de tarta que ha sobrado ya está guardado en el frigo y los regalos en forma de relatos que han hecho ustedes quedan guardados para siempre en el corazón de uno. También las felicitaciones. Muchas gracias a todos por la participación en esta convocatoria y, cedo el testigo a Inma Blanco en su blog Molí del Canyer. Allí nos vemos el próximo jueves. 

Un saludo y buena vida

19 febrero 2016

Este Jueves, relato: Cumpleaños.

Sin más preámbulos, y casi porque no llego, ahí va mi participación en este jueves cumpleañero.

Quizás no debieron apartarse de aquella carretera, por muy secundaria que fuera. La pista de tierra los había dejado al borde de un mirador espectacular. Abajo el lago Hurón y, más allá, el bosque con todos sus pinos canadienses y arces. La vista se perdía, pero era imposible bajar desde ese punto a coger carretera alguna. ¡Maldito gps! Desde la última curva a la derecha, no dejaba de mostrar el mensaje de “recalculando ruta”. W. había optado por tirarlo por la ventanilla.

El sol comenzaba a caer y, W. y M. salieron de la caravana para ver cómo se perdía mucho más allá de aquel mar de árboles. Aquello del fondo, probablemente fuera Estados Unidos. Solamente regresaron al vehículo cuando el sol se había ocultado por completo. Sonó un whatsapp en el móvil de M. Los chicos que se interesaban por cómo iba la aventura. Pues empezaba a ir mal. No quería cabrearse con su padre, pero apenas había gasolina, nada más que quedaban un par de latas de alubias y jamón enlatado y un siete por ciento de batería en el móvil. Se lo dije, se lo dije, echa los cargadores por si acaso. Es solamente un día, es solamente un día. Quiero celebrar mi cumpleaños pescando en el lago Hurón, no necesitamos los móviles. Ahora ya daba igual, seguramente tampoco habría cobertura en este territorio de abetos y grizzlies. Si viene uno que salga y que se lo coma a él. Quizás acudirían en cuanto olieran la comida.


Terminaron de cenar y se acostaron. M. tenía los ojos abiertos y estaba pendiente a cualquier crujido o gruñido. Podían percibirse desde ese alto todos los sonidos del mundo. W. roncaba a su lado plácidamente. Cariño, felicidades, ya son las doce…ya es tu cumpleaños…y le estampó un suave beso en la mejilla. 

14 febrero 2016

Este Jueves, Relato: Convocatoria





"Feliz, feliz en tu día..." o "cumpleaños feliz, cumpleaños feliz..." Estas son dos de las frases más pronunciadas en diversos idiomas y en diversos tonos en el mundo todos los días. Y como este humilde bufón, cumple años la semana que viene, sobre eso va la convocatoria de esta semana: de cumpleaños, sea feliz o no. Que el relato se desarrolle en un cumpleaños, que nuestro personaje cumpla años o que el cumpleaños se desarrolle o tenga lugar en un acontecimiento histórico o, lo que quiera que sea que se les ocurra. Porque sobre eso de la imaginación son ustedes expertos. 

Espero que el tema les sea propicio y sobre todo no olviden las recomendaciones para participar.  

12 febrero 2016

Este Jueves, Relato: Cuéntame una historia de fantasmas

Este jueves nos invita Charo a contar una historia sobre fantasmas...o compañas...por ahí va la mía...

El viento era tan fuerte esa noche en M. que movió la campana de los Dominicos. Trece lúgubres tañidos que recorrieron el pueblo entero junto al soplo del diablo. Ululuba por las esquinas como las corujas y, de cuando en cuando, parecía que susurraba palabras. A nadie encontró en su camino a pesar de ser temprano, porque las viejas no tardan en esconderse en sus casas y tapar todas y cada una de las rendijas por donde pueda colarse. Sonaba aquí y allá presuroso cerrar de persianas y puertas. Aullaban los perros a su paso. Un reconocible olor a cera quemada llenó la noche y el polvo de las calles comenzó a levantarse.  

De más lejos a más cerca se oía el fúnebre bisbiseo de un rosario.

El niño estaba inquieto esa noche y no podía dormir bien. Muy al contrario que sus padres que, ya siendo jueves, habían caído rendidos en la cama.

Otra vez el sonido negro de los rezos se confundía con el viento. Maulló un gato negro. Y sonó la única persiana en toda la calle que se levantó a esas horas de la madrugada. El niño finalmente se había despertado para ir al baño.

El estruendo de las láminas de plástico despertó a los padres que se encaminaron a la habitación del nene. La cama estaba vacía. También el baño y el resto de la casa.

¡No por dios, D. no vayas! ¿ Por qué te has asomado? ¿No te dijimos que avisaras a papá o mamá? ¡No debías mirar por la ventana, no debías mirar por la ventana, mi niño guapo!


Los sollozos y la vista que solo alcanzaron a ver alejarse la santa comitiva. Cesó de repente el viento y el frío.  Y un vacío nuevo quedó para siempre entre los tabiques de la casa.   

22 enero 2016

Este Jueves, relato. Sucedió a bordo de....Le Roi est mort

Esta semana nos invita Pepe a contar alguna historia que haya ocurrido a bordo de...pues ahí va la mía (creo que dentro del tema), que ya era hora y llevaba mucho tiempo sin participar. Por cierto, felices letras y año 2016, que no había dicho nada.


¡Le Roi est mort! ¡Le Roi est mort! Ocho días después aún resonaban en mi cabeza los ecos de la gente gritando aquella frase por las calles de París. Aún era temprano cuando aquel soldado barbilampiño golpeó mi puerta y me indicó que mi presencia era requerida de modo inmediato en la corte. Debía hacer la autopsia al Rey Sol y eviscerar como ordenaba la tradición. La mañana era buena y la marcha fue incluso agradable. Ahora hacíamos el camino contrario de Versalles a Saint-Denis. El cortejo iba lento y la gente salía al paso de los carruajes. En el centro, la gran carroza real totalmente cubierta, portaba el cuerpo vacío del monarca. El silencio era negro como el humo de los hachones que portaba la guardia real. De cuando en cuando el graznido de algún cuervo entrometido rompía la quietud. Detrás, más soldados y el resto de carruajes. En uno iba yo portando todas las entrañas de aquel hombre semidivino. ¡Le roi est mort! Volvía a sonar en mi cabeza, gritado por las gentes. Y justo a mi lado, el cofre de plata y oro en el que portaba corazón y demás órganos. No eran distintos de los demás, ni más grandes, ni más pequeños, ni menos rojos, casi azules ya. ¡Le roi est mort! Y la terrible certeza de esa frase me helaba la sangre. Sí. Está muerto, he aquí su corazón y sus entrañas a bordo de este humano carruaje. Camino de Notre Dame y de San Luís-San Pablo. Le roi est mort, vive le roi, pensaba yo también según nos acercamos a París…