23 noviembre 2010

Coach

La primera anotación que surge en el pequeño cuaderno Moleskine lo es a lápiz y está fechada en octubre de 2007 y son apenas unas frases...
"De aquella vez recuerdo el viejo olor a maderas del Hotel Morín en Hue, en tiempos capital imperial de Vietnam...y aquellas manos tan fuertes tocando hasta lo más profundo de mi ser; recuerdo el fino olor de los aceites y bálsamos y ese ligero gemidito que huyó desde mi garganta y que desencadenó todo lo demás; un click en el pestillo y aquella muchacha (que parecía más joven de lo que en realidad era) y yo, dejándonos llevar hacia lo más excelso de las caricias..." .
Y a la vuelta de la página una sola frase más:
"...lo que más cuesta (por decir algo) de las infidelidades es acostumbrarse a los distintos olores, a la distinta piel y las mil maneras de encresparse bajo el sutil roce de los dedos...y a que muchos y muchas...quieran hablar después...¿de qué? ¿de sus tristes vidas? Cariño, a mi no me tienes que contar nada...esto, YO, es lo mejor que tienes y que te va a pasar y es LO que tienes que salir a contar..."
Junto a un contenedor amarillo de envases y dentro de un bolso Coach, esa libreta era una pequeña e indiscreta mirilla hacía otros mundos que, en su gris vida de bolsa reciclable y Lidl, no creía que pudieran existir...La guardaría como oro en paño...por marujear nada más...cree...